jueves, 7 de septiembre de 2017

Primeros días de colegio en Educación Infantil


Empezar el colegio es para nuestros hijos uno de los acontecimientos más importantes de su existencia. Comienza para ellos una etapa en la que todo será nuevo: el centro escolar, los amigos, sus profesores, las rutinas diarias… Esta novedad puede generar en los niños miedo a lo desconocido, un sentimiento que también experimentamos los adultos cuando tenemos que abandonar nuestra ‘zona de confort’, aunque sea para mejorar.
Todo cambia para ellos, y es por eso que lo primero que tendremos que procurar es transmitirles la idea de que los cambios son algo constante a lo largo de la vida y que no tienen por qué ser malos. ¿Y cómo les explicamos eso de forma que nos entiendan?. Es muy sencillo, sólo tenemos que hacerles ver que a su alrededor, todos los días, se producen cambios que ellos ni tan siquiera perciben como tales.
Por ejemplo, el paso de las estaciones, o la evolución que ellos mismos han experimentado en sus poquitos años de vida, como que cada día son un poco más altos y más fuertes, su pelo crece, ya no usan pañal, o que pasaron de la cuna a la cama.
El momento de la separación los primeros días de colegio es también difícil de afrontar para padres e hijos.Sin lugar a dudas, una de las situaciones más comunes que nos encontramos en los niños que pasan de la guardería al colegio es el malestar y desasosiego que sienten al separarse de sus progenitores, principalmente de la madre, que es a la que más se suele nombrar. La actitud de los padres aquí es determinante para ayudar a que sus hijos lleven lo mejor posible este cambio porque, recordemos, los cambios siempre nos cuestan, tanto a niños como a padres. Es muy bueno hablar con nuestros hijos en casa, con tiempo, de la nueva experiencia que está por suceder, intentar normalizar dicha situación planteándola como algo necesario y enriquecedor para ellos, y hacerles ver el nuevo mundo que empieza y que están a punto de descubrir, aconseja Laura Marín, maestra de Educación Primaria.
Es muy importante que vean a sus futuros nuevos amigos y a sus nuevos profesores como parte de una nueva etapa de su desarrollo, y para conseguirlo háblales siempre en positivo sobre lo bien que lo pasarán jugando con otros niños, y sobre todas las cosas nuevas que aprenderán.
Por último, si hay algo que les gusta a los pequeños es sentir que no lo son, es decir, que transmitirles la idea de que ahora son un poquito más mayores y tienen responsabilidades propias les dará más seguridad y confianza en sí mismos.

Primeros días de colegio.

Con el comienzo del colegio llegan nuevas rutinas y horarios para los peques. Comedor, actividades extraescolares, ir al cole en guagua (si es que en algunos casos eso es necesario) y así un largo etcétera.
Al igual que en el caso de los adultos, la mejor manera de ayudarles a adaptarse a los cambios es hacerlo poco a poco, de ahí la importancia que tiene el período de adaptación, en el que si bien el horario suele ser difícil de compaginar con la jornada laboral de los padres, es la forma más adecuada de que nuestros hijos vayan familiarizándose con todas las novedades que les esperan.
En el periodo de adaptación distribuimos a los niños en grupos más reducidos, en comparación con el grupo o clase de referencia, y realizamos sesiones en clase de menor duración. Esta estrategia nos permite ayudar a nuestros alumnos a adaptarse a su nueva situación ya que, poco a poco, se acostumbran a un nuevo lugar con nuevas personas. Así describe Laura Marín, maestra de Educación Primaria, la importancia de esta primera toma de contacto con el colegio.
Además del horario de adaptación, una opción muy aconsejable es aprovechar las jornadas de puertas abiertas que muchos centros organizan antes de que comiencen las clases para visitar el colegio con los peques. Conocer de antemano el lugar en el que pasarán los próximos meses y familiarizarse con él hará que el primer día sea mucho menos traumático que si llegan de nuevas a un lugar desconocido.
Los primeros días la despedida será difícil, tanto para los peques como para los papás y mamás. Aunque sabemos de sobra que resulta complicado, intentad que sea lo más breve y tranquila posible. Transmitidles mucho cariño y, sobre todo, dadles la seguridad de que se trata de una separación temporal, que tan sólo durará unas horas.

Los profesores, grandes aliados.

Siempre es bueno que mantengas una relación fluida con los profesionales responsables de la educación de tus hijos, pero lo es mucho más en momentos como éste.
Saber cuál es su comportamiento en clase, conocer las tareas que tiene que realizar y cómo las hace, o cómo se relaciona con sus compañeros, te servirá para tomar medidas en el caso de que su adaptación al colegio no esté transcurriendo con normalidad.
En este sentido, los profesores, además de informarte, son sin lugar a dudas quienes mejor pueden asesorarte y darte las pautas adecuadas para que esa situación mejore y no resulte traumática para tus hijos.
Resulta indispensable confiar en aquellas personas que formamos parte de esta nueva experiencia y seguir las indicaciones y consejos, ya que somos nosotros los que, por nuestro trabajo, conocemos y entendemos mejor este proceso, concluye Laura Marín.
El colegio no comienza en el momento en el que dejamos a nuestros hijos en la puerta del centro sino que, desde casa y a través de nuestras rutinas diarias, podemos preparar a los más pequeños para que este proceso de cambio sea lo más fácil y agradable posible para ellos.
Además de los consejos de los profesores, también podemos introducir pequeñas modificaciones en nuestras tareas y rutinas cotidianas para contribuir a que nuestros hijos vayan asimilando la idea de dicho cambio poco a poco.
Algunas de las recomendaciones que puedes poner en práctica para conseguirlo son:
  1. Haz que se sientan parte del cambio a través de algo tan sencillo como implicarlos en los preparativos de su nueva etapa escolar. Cuando empezaron la guardería eran demasiado pequeños para esto, pero ahora que tienen 3-4 añitos, les encantará elegir su mochila, acompañaros en la compra de los que serán sus libros y su material escolar, así como su uniforme o sus zapatos del cole. Con esto no decimos que les compres todo lo que quieran o que ellos lo elijan todo, sino que les des la opción de opinar en los aspectos más triviales y que, por supuesto, no conlleven un gran desembolso económico.
  2. Unos días antes de que vuestro peque empiece el cole, si tus quehaceres diarios te lo permiten, adelanta un poquito –unos 45 minutos, más o menos– la hora del baño y la de irse a dormir. La idea es, por un lado, dedicarle al baño y a la cena un poco más de tiempo, ir sin prisas y, por supuesto, que los pequeños se vayan a la cama más temprano para que duerman un poco más, y cuando empiecen el cole no noten tanto los madrugones.
  3. Procura que las actividades que realicen justo antes de irse a la cama sean lo más tranquilas posible. Es decir, evita la televisión, los juegos demasiado dinámicos, los dispositivos electrónicos, o cualquier otra actividad que los sobreestimule; en lugar de eso opta, por ejemplo, por leer cuentos en familia o por charlar sobre cómo será su primer día de colegio.
  4. También es muy positivo que ayuden a preparar su ropa para ir al cole y su mochila; de hecho, ésta puede ser otra de las actividades previas al momento de irse a la cama. Con ello adquieren una responsabilidad, consigues que se sientan parte del proceso y, a la vez, ganas un poco de tiempo por las mañanas, evitando así tener que organizar la ropa y la mochila a la carrera. En este sentido, aunque al principio sea complicado, evitad todas esas prisas matutinas para que el momento de ir al cole no se convierta en una actividad estresante.

¿Y si no se adapta bien?.

No es el caso más frecuente pero en alguna ocasión sucede que los niños siguen llorando después de los primeros días de colegio, o puede ser que no se integren con el resto de sus compañeros. Como padres, podemos saber lo que pasa en la puerta del colegio en el momento de la despedida, pero no lo que ocurre dentro del aula. Es ahí donde incidimos de nuevo en la importancia de mantener una comunicación fluida con los profesores de nuestros hijos y de seguir sus recomendaciones.
En este sentido, Laura Marín asegura que lo habitual es que la mayoría de los alumnos lleguen a Educación Infantil con la experiencia previa de su paso por la guardería. Ya saben que en el colegio conocerán a otros niños, que seguirán unas rutinas, y que tendrán que separarse de sus padres. El paso de la guardería al colegio supone un cambio de lugar y de las personas con las que se relacionan e interactúan pero, como profesores, nuestra función es normalizar este cambio todo lo posible.
Y añade, es cierto que pueden darse casos en los que, a lo mejor, algún alumno tarda más en adaptarse, llora habitualmente, o no se integra del todo con el resto de niños, pero se trata de excepciones poco comunes y, además, es algo que se pasa con el tiempo. Poco a poco, llamarán su atención los distintos espacios de la clase, las diferentes actividades y los juegos en grupo, y el niño dejará atrás esa situación de malestar.
Laura Marín insiste en que siempre, pero aún más en ese tipo de casos, es fundamental que exista una colaboración por parte de los padres y de los familiares que habitualmente están con el niño como, por ejemplo, los abuelos. Si a pesar de todo esto el niño no se adaptase, es necesario que los padres y el tutor del niño se reúnan para analizar a fondo la situación y determinar cuáles pueden ser las razones por las que el pequeño se siente tan mal. Por ejemplo, algo que suele mejorar bastante la situación es el hecho de reforzar de forma positiva el esfuerzo diario del niño.
Si no se obtuviesen los resultados esperados, el siguiente paso sería hablar con el Equipo de Orientación del colegio. Ellos serán quienes determinen las necesidades específicas de apoyo para el alumno, como son las necesidades educativas especiales, dificultades específicas de aprendizaje, o altas capacidades, entre otras. Este equipo, junto con la familia y el profesorado, serán los que propongan las soluciones.
Como última opción se valoraría el cambio de centro educativo si es que se diera el caso de que las características del centro, por la razón que sea, no se adaptan a las necesidades educativas del niño. De ahí la importancia de estar seguros del colegio que elegimos para nuestros hijos.

Para evitar situaciones como ésta es bueno que los niños, desde que son pequeños, se relacionen con otros niños, por ejemplo en los parques, o que visiten lugares distintos a su casa. La actitud que transmiten los padres ante este tipo de cambios, sin duda favorecerá también la adaptación de los pequeños. En definitiva, se trata de una serie de pautas bastante sencillas que, en su conjunto, ayudan a que los alumnos se adapten al colegio con normalidad, concluye.

PARA AMPLIAR:
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
  • ¿Qué pensamos de las opiniones y orientaciones que la profesora Laura Marín aporta a lo largo de este artículo?.
  • ¿Qué resaltaríamos del conjunto de todo el artículo como elementos esenciales para ayudar a nuestros hijos a adaptarse lo mejor posible al medio escolar?.
  • ¿Qué actitudes necesitamos desarrollar padres/madres para que el período de adaptación de nuestros hijos traiga buenos frutos?.

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