lunes, 2 de septiembre de 2013

Un nuevo curso

Hace un año publicábamos en este blog un artículo titulado "¡Al cole!" que, por cierto, les invitamos a releer porque no por ser algo"del año pasado" ya no tenga vigencia -la sigue teniendo-.

En aquel artículo hablábamos de todas esas cosas que se ponen en marcha en menos de un mes y suponen una auténtica revolución, mil cambios:

1.   Presentación del nuevo curso: sus reuniones, informaciones mil, mil y un papeles que leer, uniforme que revisar o comprar, libros,...
2.   Actividades extraescolares (suelen empezar todas en octubre) tanto para los niños y niñas como para nosotros los adultos; en ese capítulo apuntábamos una serie de criterios que nos conviene tener en cuenta para aprovecharlas adecuadamente y también para favorecer el ejercicio de la libre iniciativa, creatividad y responsabilidad de nuestros hijos, etc...
3.   Formación en la fe: ya a mediados de septiembre las parroquias abren su curso de Catequesis infantil, de jóvenes y de adultos; es el momento de plantearnos de manera responsable esta opción y organizarnos adecuadamente para que puedan ser compatibles todas estas actividades y contribuyan eficientemente al desarrollo armónico de la personalidad de nuestros hijos.

Hablábamos también de la motivación y cómo despertarla y desarrollarla en nuestros hijos. Elemento éste sustancial, fundamental; el colegio no va a funcionar sólo porque el curso empiece, el colegio  funcionará muy bien para nuestros hijos si sabemos motivarles, animarles a afrontarlo con espíritu creativo, adoptando ellos mismos la iniciativa:

1.   No es lo mismo ir al colegio "a ver qué nos echan hoy" que ir al colegio para "aprovechar para resolver unas dudas que tengo, encontrarme con mi grupo de trabajo y tratar de dar respuesta a esos retos que el profesor nos planteó, ese trabajo de investigación que no viene contestado en el libro de texto",...
2.   No es lo mismo ir al colegio "a pasar el rato hasta que vengan a buscarnos" que ir al colegio "para aprovechar el tiempo que pasamos allí para aprender a aprender, a desarrollar nuestra creatividad, a compartir nuestras aptitudes, a mejorar nuestras habilidades en la convivencia,... a disfrutar creciendo en todos los sentidos".

¿Animamos a nuestros hijos a adoptar esas actitudes que suponen más compromiso, más corresponsabilidad por su parte, más iniciativa y menos pasividad o estatismo?. Los niños no son armarios que tengamos que llenar de cosas, los niños tienen un gran potencial ya, sólo es necesario que les estimulemos, que les ayudemos a ilusionarse por la gran oportunidad que tienen delante y en sus manos.

Aprendizaje colaborativo.

Las tan traídas y llevadas "Competencias Básicas" de las que se viene hablando y practicando en la escuela desde hace ya unos años transmiten la idea de que "todo lo que hagamos en el aula no sólo debe partir de lo que conocemos en la  vida real sino que también debe estar orientado a la vida real" (siempre ha sido así, dicho sea de paso, no se ha inventado nada, pero sí es cierto que ahora mismo hay especial énfasis en ello); lo que aprendemos en la escuela debe capacitarnos para desenvolvernos en la vida cotidiana de manera eficiente, eficaz y efectiva.

La escuela, por contra de lo que dicen algunos, NO es una simple antesala preparatoria para el medio laboral;  la escuela NO es un instrumento del sistema productivista, cosificador de la persona en aras a un rendimiento económico... aunque algunos lo pretendan así; la escuela ES un espacio de enseñanza-aprendizaje no sólo de saberes y conocimientos sino también de habilidades, destrezas, formas de aprender y de expresar; la escuela ES espacio para adquirir habilidades para la relación con el otro, ejercitar nuestra sociabilidad, los valores de la convivencia; la escuela ES también una oportunidad para cultivar nuestros valores espirituales, nuestro mundo interior, nuestras inquietudes sobre cuestiones de sentido y de trascendencia.

En ese marco entra el "aprendizaje colaborativo". Para poderlo desarrollar nos basamos en lo que ya estamos viendo en la vida real; nos basta con fijarnos en "cómo se organizan los equipos de trabajo humanos para sacar adelante con eficiencia un proyecto: analizan su realidad, se proponen objetivos, buscan los medios para poder conseguir esos objetivos y los emplean de manera adecuada a sus fines, organizan la forma de trabajar entre ellos, se reparten responsabilidades, comparten ideas, experiencias,... evalúan juntos los resultados y se proponen nuevas metas a continuación, nuevo proceso de constante crecimiento".

De esto vamos a hablar aquí hoy. Echémosle un vistazo al siguiente artículo y tratemos de obtener sus ideas principales: ¿Qué es el aprendizaje colaborativo?.

Según esta lectura:
  • ¿Qué diferencias hay entre lo que el texto nos plantea y lo que nosotros recordamos de nuestra etapa escolar?.
  • ¿Qué ventajas e inconvenientes descubrimos entre este modo de organizar la enseñanza y el que hemos conocido nosotros?.
  • ¿Qué método de organización en el aula se tiende a utilizar cada vez más?, ¿por qué?.
  • ¿Qué pretende este método de enseñanza-aprendizaje?, ¿para qué?.
  • ¿De qué maneras podemos los padres y madres hacer equipo con los equipos docentes en este cometido?.
  • ¿Cómo podríamos en casa, en el resto de horas que nuestros hijos pasan fuera de la escuela, fomentar los valores que el aprendizaje colaborativo trata de vivir y desarrollar?.
Lo académico es tarea de todos.

La escuela, el instituto,... no son guarderías grandes de niños y jóvenes; nunca lo han sido -aunque a veces lo parecen para algunos-; no son espacios para dejar aparcados a nuestros hijos unas horas al día de lunes a viernes.
La escuela, el instituto,... con todos sus recursos humanos y materiales están al servicio de la sociedad, de las familias,... están para colaborar con nosotros los padres y madres en la educación integral de nuestros hijos. (Dijimos "colaborar"... no "sustituirnos").
  • ¿Qué hacer para trabajar familia y escuela más unidos, mejor coordinados, con mejor entendimiento?.
  • ¿Cómo organizarnos en casa de manera que también nosotros, padre y madre y resto de la familia, estemos bien coordinados, vayamos todos a una en la educación de nuestros hijos?.
  • ¿Cómo llegar a criterios comunes de actuación entre la escuela y la familia en relación con nuestros hijos?.
Planteémonos estas cuestiones en la pareja, obtengamos conclusiones claras y concretas que puedan llevarse a la práctica, organicémonos de manera que podamos corresponsabilizarnos de la manera más equitativa y común posible (podemos "repartirnos" tareas o responsabilidades pero uno y otro debemos estar muy "al quite" de todo, no podemos estar al margen con la excusa de que "de eso ya se ocupa mi pareja").

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