miércoles, 17 de abril de 2013

Es que... ¡no lee nunca!


¿Les suenan estas frases?:

- "El niño podría estar leyendo perfectamente (tiene edad, recursos materiales, dedicamos tiempo en el aula para la lectura,...) y todavía anda silabeando".
- "Pronuncia bien las palabras que lee... pero no sabe respetar los signos de puntuación ni tampoco entona bien las preguntas ni las exclamaciones".
- "Sí, no lee mal,... pero es que no retiene nada, no logra dar explicación de lo que acaba de leer".
- "Si leyera en casa un poco más le iría mucho mejor en la comprensión lectora y en los estudios".
- ...
Nos las suelen decir los  maestros y maestras cuando nos explican "el porqué nuestros hijos no obtienen buenos resultados académicos".

Nuestras observaciones en casa.
Vemos que el chico:
- "Pasa mucho rato ante el televisor y las maquinitas o el ordenador...; emplearía en eso horas y horas cada día si le dejáramos... pero no coge un libro ni soñando".
- "Cuando coge los libros es por obligación y los suelta en cuanto ha hecho lo mínimo imprescindible".
- "Dice que le aburren los libros, que no le gusta nada leer".
- ...

¿Por qué sucede esto?.

No podemos quedarnos sólo con los hechos, necesitamos analizarlos y ver sus causas, así que empecemos por ahí:
  • ¿Nos ve leer a nosotros, los adultos, con frecuencia?, ¿nos ve disfrutar de ello y comentar aquello que leemos? (el ejemplo es el mejor maestro).
  • ¿Cómo le hemos animado a la lectura: como un beneficio a su favor o como una obligación?. ¿Le hemos impuesto ciertas lecturas o le hemos animado a que él elija sus lecturas?.
  • ¿Hemos valorado la lectura que haya hecho?, ¿hemos hecho tema de conversación con él al respecto?, ¿nos ha importado el impacto que esa lectura haya producido en él, o más  bien nos ha sido indiferente?.
  • ¿Hay en el hogar tal ambiente que facilite la concentración en la lectura?, ¿le enseñamos a reservar tiempos específicos para "leer" sin más, por el placer de leer?.
  • ¿Hemos sabido hacerle descubrir la maravilla de saber leer bien para saber interpretar los mensajes escritos que encontramos por las calles, películas subtituladas, etc...?.
  • ....
Muy probablemente lo que ahora observamos en nuestros hijos tiene mucho que ver en "cómo les hemos educado al respecto". ¿Es tarde?, nunca es tarde, siempre hay posibilidad de cambio, antes o después,... pero es posible ese cambio (somos seres vivos, no somos estatuas, tenemos voluntad y libertad, así que podemos evolucionar constantemente).

¿Cómo hacer para ayudar a nuestros hijos a valorar más la lectura y mejorar en ella?.
Algunas estrategias:

  1. DARLES EJEMPLO. Que nos vean leer y comentar lo que leemos, que nos vean disfrutar de ello y comprobar que esa lectura no nos deja indiferentes.
  2. CREAR AMBIENTE, tanto en relación con los ruidos y sonidos (cuantos menos mejor) como en el tono de nuestra comunicación: serena, respetuosa, afectuosa (en un ambiente de tensión no es posible concentrarse en nada).
  3. FACILITAR ESPACIOS. ¿Buscar un momento al día en que podamos decir: "este ratito es sólo para leer, lo que nos apetezca a todos, pero para leer y disfrutar de ello"?; podría ayudar, si es del parecer de todos, poner música suave de fondo mientras tanto.
  4. APROVECHAR EL ENTORNO. Cuando vamos por la calle, animar a nuestros hijos más pequeños a leer rótulos, inventarnos juegos utilizando este recurso,... ("¿Dónde está escrito "Peluquería... ", "Correos",...).
  5. REGALAR LIBROS. Aprovechando un cumpleaños o felicitando unas buenas notas o el esfuerzo realizado en una tarea,...
  6. INTERESARNOS POR LO QUE LEEN NUESTROS HIJOS. Hacer diálogo al respecto y valorar sus progresos, resaltando las habilidades que van adquiriendo, cualquier mejora al respecto,...
  7. VISITAR LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS y hacernos socios, animarles a elegir un libro que tengan que devolver al cabo de un tiempo determinado.
  8. LISTAR PALABRAS NUEVAS que vayamos encontrando en las lecturas y saber explicar lo que significan.
  9. JUGAR CON LAS PALABRAS: "Palabras que empiecen por "b", etc...". "Con la letra con que terminamos una palabra empezamos la siguiente". Etc...
  10. INVENTAR "FINALES DISTINTOS" a los que observamos en los libros que hemos acabado de leer, o bien, alternativas diferentes que hubieran dado con resultados distintos.
  11. MEZCLAR HISTORIAS PARA GENERAR UNA NUEVA: utilizando lo que cada uno leyó durante la semana, juntarnos en familia y construir un relato mezclando personajes, situaciones,... de las lecturas hechas por cada miembro de la familia....
  12. ...
¿Y la velocidad lectora?.

Hay una sencilla estrategia consistente en:
  1. Invitar a nuestro hijo a que coja el libro que más le apetezca y que busque la página donde quiera leer.
  2. Le decimos que "va a leer todas las palabras que pueda durante un minuto y nosotros lo vamos a cronometrar".
  3. El niño/a lee pues dada la señal todo lo que puede hasta que acaba ese tiempo; hace una marca donde llegó y cuenta las palabras leídas.
  4. Le invitamos a que vuelva a leer desde el principio de esa página que él eligió durante otro minuto. Con toda seguridad logrará sobrepasar el punto donde antes se quedó, dejando una nueva marca donde llegó esta vez; aprovechamos entonces para felicitarle por ese progreso.
  5. De nuevo vuelve a leer desde el principio y esta vez incluso leerá más que en el segundo minuto; recalcaremos la idea de que "gracias a su buen trabajo ha logrado superarse a sí mismo aún más",... así que si lee todos los días un poquito... logrará excelentes resultados en muy poco tiempo".
Este sencillo ejercicio puede que no dure ni siquiera 5 minutos en total, pero hecho todos los días de lunes a viernes... aportará resultados muy positivos en apenas un mes, no sólo en su velocidad lectora sino también en su autoestima, confianza en sí mismo y gusto por la lectura.

¿Cómo mejorar la entonación?, ¿y la comprensión lectora?.
Como en el caso anterior, lo importante es garantizar que podamos estar con nuestro hijo o hija que lee un texto prestándole toda nuestra atención:

  1. Él elige el texto que va a leer (cuanto más diverso sea ese texto en cuanto a signos de puntuación... mejor) y lo lee en voz alta, de manera que le podamos oir bien.
  2. A medida que va leyendo vamos detectando los errores y también los aciertos: destacamos y alabamos los aciertos y hacemos reflexionar sobre los errores: "¿Cómo tendrías que pronunciar eso que está entre interrogantes?, ¿qué entonación necesita una frase que está entre exclamaciones?, ¿qué hacer cuando nos topamos con un punto, una coma o punto y coma?,...".
  3. Comprendido lo que hay que hacer para entonar mejor, le invitamos a releer el texto y felicitamos las mejoras.
  4. Concluída la lectura hacemos un diálogo sobre el texto leído:
    • ¿De qué hablaba esta lectura?. Y si el texto es un diálogo:
    • ¿Qué personajes intervienen en el  diálogo?, ¿quiénes son los actores principales?.
    • ¿Dónde transcurre la escena?.
    • ...
    • ¿Qué te parece a ti esa historia?, ¿hallas alguna conclusión interesante?.
    • ¿Qué relación tiene eso con la vida que vivimos?.
    • ...
"Un libro es un tesoro siempre por descubrir, una maravillosa caja de sorpresas dispuesta a asombrarnos, un bosque encantado que esconde entre sus páginas historias fantásticas, secretos del saber increíbles, todo un mundo de sentimientos, ideas, fantasía y realidad,... un inmenso paisaje en el que nos transladamos mágicamente a la mente de quien lo escribió".


PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
Cada año celebramos la fiesta del libro dos veces (2 de abril: "Fiesta del libro infantil" y 23 de abril: "Día del libro y de los derechos de autor") y en ambas celebraciones se destaca la importancia de la lectura y de los beneficios que ella nos aporta. Pero...:
  • ¿La valoramos nosotros mismos, los adultos?, ¿cómo lo estamos demostrando?.
  • Si es el caso que nuestros hijos leen poco o muy poco, ¿qué causas detectamos?. ¿Cuáles de ellas tienen su base en lo que nosotros los padres y madres hemos hecho o estamos haciendo?,¿cuáles tienen que ver con el ambiente?, ¿qué otras sólo dependen de ellos, nuestros hijos?.
  • ¿Cómo podríamos ayudar a nuestros hijos a valorar más la lectura?; hablémoslo en pareja y propongámonos algo concreto, realizable,... y vayamos revisando después los frutos que vayamos observando.
  • ¿Qué estrategias nos han venido bien, hasta ahora, para que nuestros hijos gusten de la lectura y mejoren en ella?, ¿qué otras no?. ¿Cuáles de las expuestas en este artículo nos parecen las más idóneas?, ¿qué otras aportaríamos?.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

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